
La música me sonaba más de lo debido, la culpa es de Charles Band, en parte era como estar viendo Reanimator (aunque esto no es necesariamente malo).
No le quitemos el valor original del argumento:
André Toulon es un titiritero y el mejor en su tipo. Un día descubre una antiquísima formula egipcia para que los muertos regresen a la vida. Decide utilizarla en sus títeres, que no tardan en convertirse en unas pequeñas bestias asesinas. Al salirse de su control, desesperado, el titiritero comete suicidio. Años más tarde, cuatro psíquicos son enviados a investigar acerca de Toulon y sus demoníacas invenciones para destruirlas. Sin embargo, los títeres harán todo por detenerlos.
Obligatoriamente se toma cariño a uno de esos muñecos (muy bien hechos), para mi no hay nadie como Blade, el muñequito que va vestido de negro con sombrero, la cara blanca y su mano-cuchillo.
De esta saga de serie B, puedo decir que son aceptables las partes II y III de esta saga, la parte III es especialmente buena ya que nos da los orígenes de Toulon en una película que no se hace pesada en ningún momento, se hace más que interesante.
Ya no me pongo con las partes IV y V (y siguientes) porque hablamos ya de infamias.
Ahí va ese tributo bien merecido.
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